Dios mío, deseo hablarte de mi familia.
Comenzaré nombrando a los miembros de esta familia.
Te agradezco las gracias que les das.
Te pido que les ayudes a tener éxito en sus vidas.
Ayúdales a que te hagan un lugar grande en sus corazones
y a que te amen como los amas tú.
Te lo pido en el nombre de María, José y Jesús.
Dios mío, quiero desearte
un buen año,
un año en el que todos los hijos e hijas de la tierra
serán un poco mejor:
un año en el que buscarán la paz,
compartir, perdonar, amar...
Un año en el que se sentirán felices y agradecidos
por el amor que tú les das.
Mi Dios, es el tiempo de Navidad, tiempo para regocijarse.
Qué bueno para los placeres y las alegrías de las personas
¡que cantan, que bailan, que son felices!
No tengo celos de su felicidad.
Sólo me duele
pensar en todos aquellos que no pueden celebrar.
El aislamiento me hace daño. Quédate Tú conmigo.